En 1970 entró en vigor el Convenio de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), y fue en el año 2000 cuando los países miembros decidieron que fuese el 26 de abril la fecha para celebrar el Día Mundial de la Propiedad Intelectual, con el fin de generar mayor conocimiento sobre el tema.
Ese día ha sido desde entonces un momento de encuentro para reflexionar sobre como la propiedad intelectual colabora con un mundo donde cada día avanzan a una velocidad más vertiginosa las artes, la tecnología, la música, entre otros.
Este año 2021 reviste un carácter especial, y ha tenido su énfasis en la propiedad intelectual y las pymes, como lo ha catalogado Daren Tang, Director General WIPO, “para que las ideas lleguen al mercado”. Datos de la organización señalan que el 90% de las empresas de todo el mundo son pymes y conforman el 70% del empleo mundial, y definitivamente para que las ideas e innovaciones de ese sector lleguen al mercado en condiciones de igualdad de oportunidades, existe la necesidad de crear una cultura que resalte la importancia que tienen los activos intangibles para este sector y el valor agregado que da la propiedad intelectual en su crecimiento.
En Chile existe un ecosistema tecnológico de innovación continua que ha crecido exponencialmente en los últimos años, siendo la cuna escogida por grandes transnacionales para ubicar centros estratégicos de operaciones, pero conformando además un culto al emprendimiento mediante el apoyo continuo de distintos organismos públicos y privados que han permitido un auge considerable en el sector. El Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) y el Departamento de Derechos Intelectuales son los organismos encargados del registro para la protección de estos derechos, ya que el conocimiento es una de las materias primas para innovar que permite agregar valor a aquellos productos y servicios en los que se ha empleado, transformándose en nuestro principal activo, el cual es posible proteger mediante el sistema de propiedad intelectual.
Los derechos de propiedad intelectual están reconocidos en la Carta Magna chilena que explícitamente en su artículo 19 N°25, garantiza la propiedad sobre las creaciones intelectuales y científico tecnológicas “La libertad de crear y difundir las artes, así como el derecho del autor sobre sus creaciones intelectuales y artísticas de cualquier especie, por el tiempo que señale la ley y que no será inferior al de la vida del titular”, el mismo artículo agrega “la propiedad industrial sobre las patentes de invención, marcas comerciales, modelos, procesos tecnológicos u otras creaciones análogas, por el tiempo que establezca la ley”. También, el artículo 584 del Código Civil establece que las producciones del talento o del ingenio son propiedad de sus autores y que esta especie de propiedad se regirá por leyes especiales. Luego estas premisas se desarrollan en la ley 17336 que regula los derech os de autor y en la Ley 19039 que regula los derechos de propiedad industrial.
Algunas cifras interesantes por parte de INAPI que describen el auge sobre la propiedad intelectual son por ejemplo, durante los años 2011 a 2019 las solicitudes de registros de marca (signo susceptible de representación gráfica y cuyo propósito es distinguir en el mercado algún producto o servicio) en Chile pasaron paulatinamente de 29221 anual a 32884 anual, pero dando un salto de más de 30% en el año 2020 llegando a 46727 solicitudes, de estas últimas la Clase 42 que conforma en gran parte los servicios y desarrollos de software ocupa una tercera posición. Otro ejemplo importante fueron las solicitudes de registro de modelos de utilidad (títulos de propiedad industrial que, al igual que las patentes, protegen invenciones, pero de innovación no radical), aquí el año 2020 arrojo la cifra más alta de los últimos 12 años llegando a 157 solicitudes.
Como corolario de lo anterior algunos puntos a considerar sobre la importancia de esta protección resaltados por INAPI son; que estimula y recompensa la creación ya que titular del derecho puede explotarlo para su beneficio e impedir que terceros sin su autorización lo utilicen, que estimula la innovación tecnológica, además beneficia a los consumidores haciendo que puedan elegir informadamente entre diversos bienes y servicios, y finalmente incentiva la transferencia tecnológica entre los titulares del derecho y quienes la requieran. En razón de estas líneas la Propiedad Intelectual hoy 26 de Abril tiene mucho que celebrar, y un reto más, seguir construyendo un mundo de derechos para la evolución de las ideas.