Generalmente pensamos en el Director de Finanzas como la persona que gestiona los recursos económicos de la empresa, evitando gastos innecesarios, incurriendo solo en aquellos capaces de generar ganancia o ahorro. Pero la gestión de finanzas es una práctica que ha evolucionado, obteniendo mayor acceso a la información de los diferentes departamentos de la empresa.
A medida que la digitalización ha facilitado el almacenamiento e intercambio de información comprensiva entre los diferentes departamentos, la gestión de finanzas fue poco a poco expandiendo su campo de interés e influencia.
Hoy, el Director Financiero no solo se ocupa de observar cómo se encuentran las finanzas, sino que se encarga también de manejar y optimizar los recursos de la empresa, en otras palabras, se interesa además en la manera en que se llevan a cabo los procesos productivos, pues al final del camino, los procesos y el tiempo se convierten también en dinero.
El departamento de gestión de mantenimiento cumple una función central para garantizar la optimización y continuidad de esos procesos productivos de los cuales depende la generación de ganancias en la empresa. Esto, porque es la actividad que se encarga de monitorear y preservar la salud de los activos físicos empresariales de los cuales dependen dichos procesos productivos.
Es importante comprender la importancia del trabajo colaborativo entre ambos departamentos, su relación depende de contar con las herramientas digitales necesarias para agilizar la comunicación y la recopilación de información para la toma de decisiones.
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